Como notario y líder de la empresa, recae en ti la responsabilidad de garantizar el buen desempeño de tu despacho.
La rutina laboral en el despacho puede ser bastante demandante en términos de tiempo. Con frecuencia, la demora en el procesamiento de expedientes se debe a tareas básicas que no añaden valor.
No obstante, para brindar el mejor servicio a tus clientes y colaboradores, es crucial optimizar la eficiencia. Un despacho notarial se vuelve eficiente al ahorrar tiempo en la gestión de expedientes, desde el primer contacto con el cliente hasta la firma del acto.
Sin importar el tamaño o la especialización del despacho, mejorar su eficacia implica:
Tu entorno de trabajo se convierte en tu aliado mediante la digitalización de la redacción y producción de documentos. Este enfoque garantiza una organización y gestión más efectiva de los expedientes, al mismo tiempo que crea un ambiente atractivo tanto para tus colaboradores como para tus clientes.
Dado que el umbral de rentabilidad para los colaboradores en el despacho se encuentra en un promedio de 100 expedientes por año, es fundamental anticipar y analizar su productividad.
Para dirigir la actividad del despacho con confianza, es necesario establecer y seguir indicadores de rendimiento que te permitan ajustar y alcanzar tus objetivos. ¿Cuál es el volumen, la tipología, el tiempo de procesamiento de los expedientes y/o la carga de trabajo? También es esencial identificar los ejes y oportunidades de desarrollo para mantenerse a la vanguardia de los avances y cumplir con las expectativas de los clientes.
Al adoptar una estrategia y optimizar la organización en el despacho, estarás en condiciones de tomar decisiones acertadas en el momento oportuno.
Incrementar la productividad del despacho no solo mejora la satisfacción de tus clientes, sino también tus ingresos. De esta manera, podrás volver a enfocarte en lo más importante de tu negocio: el asesoramiento.